
Os presento mi tercera ventana. Es "La ventana del pasado". Recuerda la casa del abuelo. El desván. Un baúl en el que se guardan ropas antiguas, cartas de amor atadas con una cinta de color rojo, fotos de antiguos amores. Aquella flor que ahora está seca, pero que fue la que la abuela recibió tras el nacimiento de papá. La silla, que en sus tiempos, era un lujo, con el paso de los años ha terminado en un rincón de esta sala de la añoranza. Cuántas horas hemos pasado allí, disfrazándonos con las ropas viejas. Imaginando personajes y vidas. Esos tiempos no volverán. Son pasado. Sin embargo, esos recuerdos que pululan por los rincones de la memoria siempre estarán presentes.
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